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INFERTILIDAD EN YEGUAS!!! CAUSALES

  • Uploaded by GENETICA - ENTRENAMIENTO- NUTRICION WALTER RASPO (Creador)grandes_caballos_spc@hotmail.com ASESOR GENETICO (HARAS EL TALA) (HARAS MDP) STUD EL REBERDE (VENADO TUERTO)
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INFERTILIDAD EN YEGUAS!!! CAUSALES

 

Story by  GENETICA - ENTRENAMIENTO- NUTRICION
WALTER RASPO
ASESOR GENETICO (HARAS EL TALA)
(HARAS MDP) STUD EL REBERDE (VENADO TUERTO)
Asesoría y Consultoría Genética En Caballos spc's photo

Walter Raspo POLO Magazine Polo Pony breeding polo bloodlines


La infertilidad en la yegua puede ser ocasionada por una variedad de factores o condiciones que sin excepción producirán un resultado similar, una yegua incapaz de producir un potro vivo. Pareciera difícil de creer, pero una de estas condiciones que produce infertilidad, ocurre inicialmente como una respuesta fisiológica normal en el 100% de las yeguas que están bajo un programa de monta natural o de inseminación artificial. La endometritis es el nombre que se le da a la inflamación del endometrio, una “capa” o mucosa que tapiza la cara interna del útero, donde se implanta el embrión para su futuro desarrollo. Lo irónico de esta condición es que en principio la misma se produce con la intención de garantizar la sobrevivencia del futuro ser, sin embargo, en ocasiones se convierte en el principal obstáculo para finalizar exitosamente la difícil tarea de producir un potrillo vivo y saludable.

Una vez la yegua es “servida” por un semental o inseminada, los espermatozoides o células sexuales del macho viajaran a través del útero hasta alcanzar unas estructuras tubulares llamadas oviductos. Los oviductos conectan al útero con los ovarios y en ellos se lleva a cabo la unión del espermatozoide con el ovulo, la célula sexual de la hembra, luego que este es “liberado” desde el ovario al momento de la ovulación.
La unión de ambas células sexuales a nivel del oviducto formaran un embrión que dará inicio al desarrollo de un nuevo ser.

El embrión en su regreso al útero transita a través del oviducto durante los siguientes 5 a 6 días posteriores a la ovulación, tras los cuales, y ya en el útero, se implantará para posteriormente completar su desarrollo hasta la formación de un nuevo potrillo. Hasta aquí pareciera no existir inconveniente alguno, sin embargo, la entrada del semen al útero junto con bacterias y otras partículas contaminantes no pasó desapercibida para los mecanismos de defensa locales del útero. La activación de mecanismos físicos, celulares e inmunológicos provoca una respuesta inflamatoria local que tiene como único objetivo “limpiar” el útero. Una falla en la eliminación de estos factores contaminantes de una forma rápida implicará un ambiente uterino inadecuado para el momento en que el embrión regresa al útero y un serio obstáculo para la supervivencia del mismo.
En pocas palabras tras el “servicio”, el semental deposita en el útero de la yegua junto con el semen, bacterias y otras partículas contaminantes que son reconocidas por la defensa local del útero como extrañas. El útero reacciona en contra de estos agentes externos generando una respuesta inflamatoria temporal que de una forma rápida y efectiva debe “limpiar” el útero de la yegua dentro de las siguientes 96 horas posteriores al servicio. Esto permitirá un medio ambiente uterino adecuado que garantizará la vida del embrión y eliminará los agentes externos generadores de la inflamación.

Podríamos entonces preguntarnos: Si este comportamiento o respuesta inflamatoria es fisiológicamente normal y se produce en cada yegua que es “servida”, ¿donde está la diferencia entre el grupo de yeguas fértiles que mantienen su gestación hasta el final y otro que a pesar de reaccionar de la misma manera ante la “invasión”, falla en su intento de concebir y retorna en “celo” a escasos días posteriores al servicio?. En la yegua normal los mecanismos de defensa celular, inmunológicos y físicos se activan inmediatamente luego del servicio y reconocen al semen, las bacterias y pequeñas partículas como componentes no propios del útero. Células de defensa especializadas de la serie blanca migran hacia la luz uterina y alcanzan su mayor actividad 8 horas después del servicio englobando y digiriendo partículas contaminantes microscópicas y bacterias.
En la yegua normal esta actividad celular es tan eficiente, que para las 12 horas posteriores al servicio estas células han logrado controlar totalmente la situación y se retiran. De igual forma los elementos de mayor tamaño son drenados fuera del útero gracias a la activación de mecanismos de tipo físico que incluyen vigorosas contracciones del útero y activación del aparato muco-ciliar. De esta manera la yegua normal es capaz de eliminar el 60% de los componentes contaminantes en las primeras dos horas posteriores al servicio y limpiar totalmente el medio ambiente uterino dentro de las 12 primeras horas, eliminando el estimulo que mantiene la condición inflamatoria dentro del útero con tiempo suficiente para esperar el arribo del embrión a un medio ambiente uterino que garantiza la vida del mismo. Por el contrario en el grupo de yeguas que fallan en su intento de defender el útero, la limpieza y el control de la respuesta inflamatoria no se cumplen dentro un periodo de tiempo adecuado. La reducción en la eficiencia de los mecanismos de defensa permite la rápida multiplicación de las bacterias las cuales se adhieren a la pared del útero y mantienen un estado inflamatorio permanente que provoca la muerte embrionaria.

Este tipo de yegua que falla reiteradamente en su intento de llevar una gestación a término a pesar de ser “servida” con sementales de reconocida fertilidad en establecimientos de cría donde se realiza un manejo reproductivo adecuado, se conocen como yeguas “problemas” o susceptibles a endometritis. La edad es uno de los factores que hace a la yegua más susceptible a sufrir de endometritis e infecciones uterinas crónicas, en otras palabras la yegua de más edad está más a riesgo que la yegua joven. Aunque lo anterior es verdad, más que la edad, es aun más importante a la hora de considerar quien tiene más probabilidades de sufrir esta condición, el número de partos que ha tenido la yegua. Una yegua de 10 años con 6 gestaciones quizás pueda ser más susceptible de sufrir de endometritis que una yegua de 15 años con solo dos gestaciones.
Bien sea en yeguas de cierta edad como en yeguas que hayan tenido varios partos, las barreras anatómicas que evitan la entrada de agentes contaminantes e irritantes al útero, como el tono y la conformación de la vulva así como la tonicidad y la fuerza de contracción uterina se ven afectadas. Esto permite la entrada de agentes externos al interior del útero y afecta también el drenaje normal de los mismos. Debido a las grandes pérdidas que se producen año a año por este problema entre los criadores y propietarios de yeguas, mucho dinero se ha invertido en su estudio, hoy en día existen protocolos de manejo específicos para aumentar en un porcentaje importante la posibilidad de llevar una gestación a término en las yeguas susceptibles a endometritis.